“¿Por qué no puedo parar de pensar?”

En ocasiones, lo que lleva a un estado de angustia es el no poder parar de pensar, habitualmente asociado a una percepción interior de intranquilidad que no da tregua. 

Pensamientos como: “¿por qué mi jefe elige a mi compañero para determinadas tareas y no a mí?” “¿por qué me va mal en los exámenes si estudié tanto?” “¿por qué cada vez que me interesa alguien me da mucha vergüenza hablarle?” “¿por qué me distraigo permanentemente?”, dan cuenta de un sobre-pensamiento que genera un estado de alerta permanente. Y quien los padece no tiene paz.

Esta clase de fenómenos dan lugar a una multiplicidad de malestares, tanto físicos como psíquicos, tales como:

  • cansancio;
  • trastornos del sueño;
  • stress;
  • dolores corporales producto de la tensión que esto genera.

La sensación de que «la cabeza no para» es evidente para la persona que lo sufre.

A estas manifestaciones tan características de nuestros tiempos, que molestan y se repiten día a día, las llamamos síntomas.

Un modo de presentación posible ocurre cuando la persona que padece alguno de los síntomas mencionados, tiene la sensación de haber obrado mal, aunque se trate de algo que aparentemente podría considerarse trivial. En muchas ocasiones, aparece un pensamiento que viene acompañado de un sentimiento de culpa por no haber hecho algo correctamente, lo que lleva al repensar y sobreanalizar la acción realizada o la decisión tomada. Este proceso se reinicia y todo el mecanismo vuelve a empezar otra vez, dando paso a un esquema de pensamiento repetitivo que se transforma en un laberinto.

Las consecuencias para la persona se traducen en una dificultad para concentrarse, no solo en lo que respecta a las actividades cotidianas (laborales, familiares, etc.), sino también a aquellas cosas que realmente se desean, vinculadas a los anhelos de cada quien de cara al porvenir. 

La terapia psicoanalítica es de gran ayuda para este tipo de padecimientos. Las intervenciones que realizamos los terapeutas durante la sesión, operan al modo de un límite en esta cadena de pensamientos. A través del trabajo en análisis se puede producir un corte que permite diferenciar entre lo que corresponde al verdadero deseo y aquello que obedece a una repetición desgastante, bajo la forma de un intento de cumplir con las expectativas del entorno o ideales de la época. 

Si sentís que tus pensamientos operan como un obstáculo para hacer o decidir aquello que realmente deseás, es un buen momento para que elijas comenzar terapia.

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